Oyentes

Tengo una montaña en el alma
hecha con las ruedas dentadas de todas las alegrías,
que ya han dejado de girar.
Tengo un pozo repleto de todas las lagrimas vaciadas.
Tengo torres y torres de recuerdos,
como fotografías que se apilan en mi interior,
y que el viento desordena y se lleva.

Tengo basura en el alma.
Objetos inservibles que ocupan espacio
y llenan las habitaciones de mi conciencia.

Cuando sueño me pierdo en esos vertederos sicologicos.
tropiezo con mecanismos rotos
con felicidades oxidadas
me tropiezo entre tanto,
y caigo..

Despierto.

Me siento frente al teclado blanco y negro.
cierro los ojos,
una puerta se abre en el corazón,
mis manos como rastrillos
pasean por las teclas...

blanco y negro
blanco y negro...

Música con basura espiritual que sale
me vacio, me libro y me siento liviano.

A lo lejos mi basura espiritual,
se le mete por los oídos a la gente.

En los cuartos de las casas vecinas,
alguien llora en la noche del piano.

Lo sé.

Lo percibo.
Sé que es así
pero no se quien es...

Me oye.
Me escucha.
Y entre las ramas de la música
le oigo,
lo escucho.

Ha juntado cada noche
cada rueda dentada,
cada cuerda de felicidad oxidada,
cada beso marchito,
y en sus sueños
hace figuras con mis obejtos
esculturas de formas abstractas...

Tiene un museo
de arte de música con basura de alma.
Lo recorre en sus sueños
y silenciosos seres caminan por sus pasillos,
observan y miran,
escriben libros,
y lloran.