Wednesday, June 28, 2006

Tirano



Jugemos.
Eso dijo el niño de 4 años, apenas se sentó a mi lado. No fue una invitación, ni una propuesta.
Fué una orden.
No puedo, fue la primera respuesta que se me escapó, con mis papeles en las manos y todo un mundo de preocupaciones.
Juega.
No podía hacer nada. Era una orden.
Una ordenanza de un pequeño tirano, que se había sentado justo a mi lado en la micro.
Guardé los papeles, y le obedecí.
Mira - el niño me mostró un muñeco con alas.
Te va a disparar...
Muerete po.
¿Que se hace en estos casos? me dije a mi mismo.
Será... habrá que hacerse el muerto un rato.
jajaja - el niño rió.
¿A donde vas? me preguntó
A la universidad. respondí
No dijo nada.
Mamá, de nuevo esta hablando con alguien... - dijo su pequeña hermana que estaba sentada un asiento al lado de la micro junto con su mamá. No escuché que le respondió la madre. Solo sabía que estaba (por algun motivo) con la obligación de conversar y jugar con el niño tirano que se habia sentado a mi lado.
Le enseñé un juego con los dedos. Atrapé su dedo pulgar apreisionandolo con el mio, y un par de veces el hizo lo mismo con mi dedo.
La micro se plagó de su risa.
¿Como te llamas? - pregunté.
Entonces lo eché a perder todo.
El niño hizo un gesto de hastío, de repudio y luego de rabia. ¡¡Aggggggg!!, dijo, apretando los puños.
¿Qué pasó? dije, sospechando que algún encanto secreto había estropeado con mi pregunta.
¡Me da rabia!
¿Pero por que?
¡Todos preguntan lo mismo! ¿para que me preguntas quien soy?
No me preguntes más eso... me pidio.
Bueno dije... y me quedé asombrado...
... si no soy desconocido... dijo el tirano girando los ojos hacia el cielo, todavía molesto.
Ya - atiné a decir.
El viaje continuó con una ensalada de conversaciones sin sentido. Se me olvidaron mis papeles... mis estudios quedaron al otro lado del mundo gracias a su conversacion ociosa.
La madre se puso de pie. Tomo la mano del niño, que se fue tal como había venido.
Sin presentarse.
Sin despedirse.
El era. Asi de simple. No necesitaba que lo tildara con algun nombre. El simplemente era. Y jugaba.
Eso.
Lo ví abajo en la calle, con su muñeco en la mano.
El mundo fué un poco más liviano ese día.

Manuel Balcázar.

Tuesday, June 27, 2006

Sin titulo


no sé
la bruma se expandió más.
Un dedo hizo el atardecer
y ella caminaba sin destino;
sólo cuando el oleaje de su mundo inconsciente se calmó...

...Ella despertó.

¿Qué pasa?
No sé.

Tuesday, June 13, 2006

Ausencia



Este dibujo lo hice hace algunos años, es de mi epoca de pinguino... como siempre fui un pinguino enamoradizo y soñador, escribi, en esos años este poema... es algo distinto de lo que escribo ahora, sin dudas era otro... mi escritura parece mas sencilla mas mundana... palabras mas recurrentes... pero bonito igual.. eso.. que les guste.


Sin tus ojos sobre los mios
rayos de luz solar
mi alma cae abatida
en un mar de oscuridad

¿Que haré en tu ausencia?
¿Que haré sin ti?
es que te quiero
y eres todo para mi.

Sin tu voz en mis oidos
melodía de canción angelical
mi alma ha ensordecido
y solo su llanto mudo sabe escuchar.

¿Que haré en tu ausencia?
¿Que haré sin ti?
es que te quiero
y eres todo para mi...

Manuel Balcázar

Saturday, June 03, 2006

Yo


Thursday, June 01, 2006

Haciendo maldades

Ahi viene el guanaco!
corro. me escondo tras el quiosco, una mujer se acurruca cerca mio, se ríe.
El carro lanza agua pasa veloz.
No pasa nada. Salgo de mi guarida con mi camara. Tomo una foto, comienzo a llorar,
en la ciudad de la gente que llora sin tener pena. De pronto salen unos limones... la ciudad de pronto se vuelve un tanto absurda. Muchos perros corren entre los manifestantes (algo protestan tambien, sin duda)
¡Limones a cien!
Hay rejas tiradas en el suelo, hombres que corren con carteles en las manos, niños con piedras en las manos, agua por todos lados... y risas muchas risas. Estoy en la gente que corre de nuevo, ahora con el zorrillo. Tomo otra foto.
de pronto algo pasa todo se queda en silencio, algo pasa. es como cuando uno hacia una maldad cuando niño, y lo castigaban, y uno guardaba silencio, como sabiendo que habia hecho algo pésimo.
Me canso. Abren el metro. Entro en una fila interminable.
¿Te puedo quedar debiendo 10 pesos? me pregunta la mujer de la boleteria.
si... contesto casi riendo. Todo funciona deliciosamente mal en esta ciudad hoy, me digo a mi mismo.
Me voy con mi caja llena de imagenes bajo el brazo.
Le regalé 10 pesos al metro.