Busqueda

¿Cuando vuelves de tus paseos por el cielo?
tardas tanto en lo infinito...

Cada nube que pasa en lo alto,
me parece el barco que te lleva.

¿Acaso alguno de mis volantines
te ha dejado el mensaje?

Esas cometas de colores que mis manos de niño
instalaban en el cielo..
¿las habrás visto?

(ya no me queda más infancia para mandarte mensajes)

¿Desde que otro firmamento las habrán observado tus ojos?

Tus pies en el mar de aire deben estar fríos,
el viento debe tener helada tu tez blanca de antaño...

¿Que empeño te tiene arriba donde cuelgan los aros del tiempo?

Tardas tanto...

¿tan cálidos son los abrazos de lo eterno?

¿Tan dulces suenan las cuerdas del arpa de la lluvia?

¿A quien le tocas música con tus dedos de alas de paloma?

¿Que palacio tan bello te entretiene tanto en el cielo
como para no querer volver?

O acaso siempre has vuelto,
¿y mis ojos impíos no te han sabido ver?

Has vuelto en los besos que da a la tierra
la flor de hibisco enrrollada?

esas flores que en mis manos he tomado
sospechando sean la forma material
de tus inolvidables besos.

En lo alto de los cerros,
me besé con la brisa matinal.

Cerrando los ojos mi fantasía me presentó
tu antiguo cuerpo, tus inmateriales manos...

Dime que lenguaje debo aprender para verte,
si es que siempre has estado volviendo...

¿que remedio sanará la ceguera de estos ojos?

O dime al menos,
donde iré a tu encuentro...

¿Cuando?

Dime,
si son buenas esas señales,
esas flores como besos,
esos aires que acarician mi cabello..

Cuentame,
¿así eres?
¿así?
Hecha de manos de viento invisible
Formada de labios de flores rosadas
poseedora de la risa de las olas del mar
tus palabras de silencios estelares

¿Con que vestido te reconoceré?
¿Vas a ver el otoño de las hojas que caen
en las praderas solitarias de mis ojos?

¿Verás estas músicas suicidas que llevo en el alma?

Oh.. esa debilidad de espiritu..

Pero que más queda,
¿No sabías que ha muerto Dios aqui abajo?

Su tumba esta adornada con un ramo de flores electricas.
¿lo ves?

Acaso mejor se apagara el sol.
Ya esta obra no luce.

Escuchame.
Se como son tus vestiduras,
lo se desde un lenguaje que no entiendo.
Se como es tu rostro reflejado en las lagunas del cielo,
pero no sé dibujarlo...
No existen colores para eso.

Esperame en una esquina estrellada.
Cuando se termine mi cuerpo te hallaré,
verás estas historias de pianos que tengo dibujadas en el alma,
me reconocerás y me quedaré contigo,
en los prados del universo constelado.