Saturday, May 27, 2006

Cuento




Voy a ver a mi hijo, dijo la voz, la hermosa voz.Déjale flores de mi parte – dijo otra voz, tan hermosa como la anterior, más que un dialogo parecía una música en aquel mundo hermoso.La mujer subió por los cielos abrió los brazos y cerro los ojos. Antes había sido algo tan mágico, y tan difícil de hacer, ahora no lo era tanto. Con toda la facilidad de alguien que llevaba mucho tiempo haciendo lo mismo, se elevó y viajó, por un paisaje, unas formas que iban y venían, viajó a dejarle flores a su hijo, las cortó en el aire una a una, fue cortando pequeñas rondas de estrellas, las estrellas hacían rondas a su alrededor y ella las cortó, e hizo un ramo, y las estrellas siguieron danzando en sus manos, en forma de ramos de flores. viajo con los brazos abiertos y los ojos cerrados.Un momento después entró en el lugar, entró en silencio, no hizo ni un solo ruido.¿Por que los hombres van a los cementerios? – se preguntó la mujer, recordando la pregunta que se hiciera en otra época, siendo aún niña. La tarde era radiante, y habían nubes en el cielo, era la primavera y la micro iba llena de gente que iba hacia los trabajos, la escuela, la universidad... De pronto un hombre se levantó; en el cementerio por favor - dijo al chofer - el hombre detuvo el bus, y él bajó, con la naturalidad con que iba a bajar la mujer que iba a la universidad, el niño que iba a la escuela... el en cambio, iba al cementerio.Ella siendo niña pensó, ¿por que los hombres van a los cementerios? ¿Que puede hacer un hombre vivo, entre los muertos? ¿Que bien pueden recibir los muertos de un vivo? ¿Que bien puede recibir un vivo de un muerto? Son cosas tan distintas... el blanco iba a visitar al negro... ¿para que? Pero estas meditaciones ya no tenían sentido alguno. Era otro tiempo... y ella ahora era tan distinta, todo esto lo penso al ver el rostro de su hijo en su cama, afuera la noche arrullaba al mundo, un pájaro nocturno cantaba despacio, y el silencio paseaba por el mundo, y ella estaba ahí, contemplando el rostro de su hijo, ella invisible, el durmiendo, sus ojos cerrados sus manos juntas bajo sus mejillas, la mujer se sentó en la cama, le hizo una caricia a su hijo en el pelo, una lagrima invisible rodó por su mejilla, y asi como apareció, desapareció en la oscuridad, en la nocheQuisiera que no estuviera aquí – dijo la mujer en silencio – si tan solo estuvieras conmigo – dijo. Si tan solo no estuvieras vivo hijo mío. Otra vez la pregunta inconsciente: ¿para que venía ella al mundo de los vivos, donde están todos vivos, los pobres vivos, ella, ella que ya no estaba...La mujer rezó, un pequeño aire se introdujo por la ventana, era la noche que paseaba por el mundo.Luego tomó el ramo de flores, y las dejó al lado de la cara del joven que dormía, lo miró de nuevo, por última vez, antes de levantar el vuelo. La mujer se elevó y al elevarse algo ocurrió que hizo despertar al hombre que dormía, despertó con una sonrisa en el rostro, un acceso de risa repentino en la noche, despertó bruscamente con una risa abrupta en la cara, que ni el entendió, luego sintió un aroma, a flores a violetas, a rosas blancas a incienso, pero la pieza estaba vacía, no habían flores ni incienso.El aroma como vino se fue, escapo y se deshizo en la noche, la noche que huyó tan rápido entre meditaciones, recuerdos, el hombre no pudo dormir inundado de recuerdos de infancia, como reconstruyendo en su mente un castillo, que un día se había venido abajo, pieza a pieza... era entretenido y no había nada malo en ello, había silencio y tranquilidad. Penso huyo hacia otras épocas; la infancia, los juegos de niño, la mano de su madre, su falda, su voz que ya no oyó nunca más, jugó a reconstruir el pasado, aquel castillo en ruinas, el trozo más difícil de reconstruir, la voz de su madre, no la recordaba, no la recordaba...El castillo se vino abajo de nuevo, y yació en ruinas, justo cuando el sol empezó a iluminar el mundo.Pronto se levantó, se baño, y se vistió, tomo sus cosas y abrió la puerta de su casa, afuera el mundo estaba radiante, el mundo estaba vivo, el mismo se vio caminando abriendo la puerta.¿Adonde vas? - Preguntó el padreAl cementerio a ver a mi mamá – dijo el hijo, de 26 años en la mañana de primavera, cerrando la puerta y encaminandose, el mismo que luego se levanto en la micro y pidió que lo dejaran en el cementerio entre la gente que iba a la escuela, la universidad, la oficina...Alguien pensó, ¿para que van los hombres al cementerio?El niño se bajo de la micro y fue a la escuela, el hombre bajó más alla y entro en su oficinaEl, en cambio, había bajado antes, en el cementerio.Caminó en silencio, no produjo ni un solo ruido.Quisiera que no estuviera aquí – dijo su pensamiento– si tan solo estuvieras conmigo – dijo. Si tan solo no estuvieras muerta mamá. Una lágrima rodó por su mejilla y así como apareció, desapareció en la mañana resplandeciente. Luego rezó, y saco un ramo de flores que había comprado, y lo dejo sobre su madre, sobre las letras teñidas de tiempo, una fecha, un nombre un apellido... Las flores dejaron aromas que se propagaron a lo largo de todo el día...La mujer despertó en la noche, con una risa abrupta en el rostro, una felicidad explosiva que ni ella entendió, sobre su cama descubrió dos flores nuevas, que aún daban olores en la noche tibia.Un viento movió suavemente las flores, era la noche que paseaba por el mundo. Y la mujer quiso volar, y voló con los brazos abiertos en un mundo de formas que iban y venían, entre las estrellas que jugaban a hacer rondas. Y voló, viajo mucho en un amplio mundo de formas que iban y venían, iban y venían.Hoy vino mi hijo, dijo la hermosa voz como músicaLa otra voz le respondió, y volaron, lejos, realmente muy lejos.

2 comments:

Anonymous said...

carolina
como siempre admiro tu capacidad de expresar y de hacer llegar tus palabras.
....si tan solo estuvieras vivo....mi vida tendria sentido!
chau!

Belinha said...

:) no sé por qué me trajo paz.