Friday, April 04, 2008

De el fantastico Ruben Darío



A Margarita Debayle
Margarita, esta linda la mar,
y el viento lleva esencia sutil de azahar;
yo siento en el alma una alondra cantar,
tu acento.

Margarita, te voy a contar un cuento.
Este era un rey que tenía un palacio de diamantes,
una tienda hecha de del día y un rebaño de elefantes,
un quiosico de malaquita,
un gran manto de tisú,
y una gentil princesita,
tan bonita,
Margarita,
tan bonita como tú.
Una tarde la princesa vio una estrella aparecer;
la princesa era traviesay la quiso ir a coger.
La quería para hacerla decorar un prendedor,
con un verso y una perla,
y una pluma y una flor.
Las princesas primorosas se parecen mucho a ti:
cortan lirios, cortan rosas,cortan astros, son así.
Pues se fue la niña bella,
bajo el cielo y sobre el mar,
a cortar la blanca estrella
que la hacía suspirar.

Y siguió caminando arriba,
por la luna y más allá:
mas lo malo es que ella iba
sin permiso del papá.

Cuando estuvo ya de vuelta
de los parques del Señor,
se miraba toda envuelta
en un dulce resplandor.
Y el rey dijo: ¿qué te has hecho?
te he buscado y no te hallé;
y ¿qué tienes en el pecho,
que encendido se te ve?
La princesa no mentía
y asi dijo la verdad:
Fui a cortar la estrella mía
a la azul inmensidad.

Y el rey clama: ¿no te he dicho
que el azul no hay que tocar?
¡que locura! ¡que capricho!
el Señor se va a enojar.
Y dice ella: no hubo intento
yo me fui no se por que:
por las olas, y en el viento
fui a la estrella y la corté.
Y el papá dice enojado:
un castigo has de tener:
vuelve al cielo, y lo robado
vas ahora a devolver.
Y la princesa se entristece
por su dulce flor de luz,
cuando entonces aparece
sonriendo el buen Jesús.

Y así dice: " en mis campiñas
esa rosa le ofrecí;
son mis flores de las niñas
que al soñar piensan en mi"
Viste el rey ropas brillantes,
y luego hace desfilar
cuatrocientos elefantes
a la orilla de la mar.
La princesita esta bella,
pues ya tiene el prendedor,
en que lucen con la estrella,
verso, perla, pluma y flor.

Margarita, esta linda la mar,
y el viento lleva esencia sutil de azahar:
tu aliento.
Ya que lejos de mi vas a estar,
guarda, niña, un gentil pensamiento
al que un día te quiso contar
un cuento.


Ruben Darío

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