Buen soldado.

¡Tu! ven pa' ca!
vai a ser el modelo ¿entendido?
Si mi cabo.
Bien, empelotate.
Silencio. Más de 200 bocas guardan silencio repentinamente.
El joven conscripto comienza a desvestirse, con una cama puesta al medio de un circulo de otros conscriptos, entre ellos, yo; con la cabeza rapada y mi traje de soldado.
Quedó desnudo, completamente. Algunas risas que comienzan a bortar, luego el mismo cabo pierde la seriedad, y el mismo "modelo" que se rie de si mismo.
¡Ya! basta!
Ponte el pijama. Mi compañero se pone un pijama celeste.
Acuestate. Más risas. El modelo se tiene que acostar frente a 200 personas y meterse en una cama a las 4 de la tarde.
Nunca he estado en una situacion más incoherente. Pero disfruto el momento.
Ahora despierta! abre los ojos! (el modelo obedece) luego mi cabo comienza a dar una serie de instrucciones para vestirse hacer la cama... todo rapido.. en fin.
Amanece, nos levantamos tal cual nos instruyo mi cabo el dia anterior.
Dejamos la "cuadra" (el lugar donde hay mas de 200 camarotes) habiamos hecho las camas, algunas quedaron horriblemente hechas, reparo en esto y me voy...
Una leche caliente, un capitan piadoso que nos mira y nos habla con una cierta ternura.
EL hombre acaricia a un compañero muy delgado; "vas a comer bien aqui muchacho" y ordena que le den más pan.
La vuelta a la cuadra con los estomagos llenos.
Desastre.
Más de 200 colchones en el suelo, toda la ropa de cama amontonada.
Un cabo entra gritando como animal: ¡Asi les enseñaron a hacer las camas ayer!
¡Respondan mierda!
Mi capitan entro y vi esta cagada!
Y botó todas las camas! ¡Muevanse mierda! ¡Hagan sus cagá de cama bien!
Todos se mueven corren a sus camas...
Entre el universo de colchones tirados en el suelo, distingo una que esta en pie. Perfectamente estirada.
Mi cama, me digo a mi mismo.
Tu cama, me dice mi cabo.
No respondo, prefiero ser modesto. Me mira, y me dice; ...bien...
Buen soldado.
Doy las gracias con los ojos nada más.
Y transcurre otro dia, en una tarde de sombras largas, distingo mi sombra, y me parece no reconocerla. No eres mi sombra le digo. Viendo mi silueta pintada en el suelo en la tarde de un sol rojizo, con mi fusil... un cuchillo colgando de mi cinturon, mis botas.... paso por al lado de una matita pequeña que da unas florecillas pequeñas, imperceptibles. Corto una y se la pongo en la boca del fusil. Nadie la vera. Se ve comica.
Asi esta mejor, me responde algo dentro mio.
Y me pierdo en la tarde del sol moribundo.

Manuel