Monday, November 23, 2009

evasion III

Guardo el recuerdo de tus ojos iluminando tu rostro,
cuando yo con mi dedo
dibuje un corazón con tinta invisible
en la blanca palma de tu mano.

Era otro en ese entonces.

Ahora veo esa escena
sentado en el divan del pragmatismo.

Y lloró los petalos perdidos
que el tiempo arrancó...

Me inundo en este recuerdo,
y cerrando los ojos,
me vuelvo a poner las vestiduras
de aquel joven risueño radiante de vida.

He apagado las luces de la ciudad del presente.
Y ahora vago por la nación confusa del pasado,
rehaciendo cada minuto de dicha...

Me pliego bajo las sabanas,
y la mano de la noche ordena mis cabellos.
paralelo a esto,
vago por calles confusas...
y viajo tan lejos,
que luego no se volver.

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