Monday, July 20, 2009

La escalera de sol




Ven vamos a caminar por el sol - dijo estirando la mano, y tomó los dedos del pequeño niño de ojos rasgeados. Los rayos del sol nuevo eran grandes, largos y resplandecientes.
Los dos levantaron los pies para subir por los escalones de luz. Los pajaros con alas de engranajes revoloteaban por todas partes, y el pequeño no entendía nada, solo se sumergía en las cascadas de sol dejandose llevar por la mano amiga. Aquel brazo con una bandera de estrellas y barras rojas, aquella mano calida, y aquel paseo por los cielos.
De pronto desde lo alto vio todo, sin comprender nada, pero abriendo bien los ojos capturó en la memoría todo ese paisaje sorprendente. Grandes anillos de aire danzando por la tierra, y un pajaro de aluminio danzando al rededor del gran arbol gris, y toda esa luminosidad... en un instante vio la tierra sembrada de pantallas electricas, y cables invisibles tendiendo redes por el mundo, como invisibles telas de araña. Y bajo el los indeseables durmiendose en el suelo, o evaporizandose como negativos de esqueletos pegados en el suelo, y la gran luz, el gran sol que había caido del cielo.
El paseo era largo, vio tras de si una fila de niños llorando y mujeres sujetando sus pieles como abrigos desgarrados con sus manos. Pero la mano amiga le tapó los ojos, y le puso audifonos donde escucho una agradable música subiendo aun más alto. Entre las nubes iluminadas vio a narcizo adornado con flores electricas. Lo vio caminar a gusto con su camara digital en las manos, fotografiandose el rostro a cada momento, y con cada fotografia abajo, nacia una ciudad, y otra y muchas ciudades... Y subió y subió, y nunca terminó de subir.
La bandera de los largos rayos de sol ya no estaba, y vio otra nueva. Y la mano amiga le hizo un cariño, y le mostró una nueva bandera, y en una caja de bronce introdujo toda una dinastia de miles de años, y la cerró con llave. Y el niño miró sin querer hacia atrás. Una destrucción, pero la mano amiga le cubrió los ojos, y le subio el volumen a la música, y le puso un visor en los ojos, donde vio bellas mujeres rubias y bellos hombres con chaquetas de cuero y lentes obscuros, y toda una felicidad que danzo ante sus ojos, y subieron y subieron sin parar nunca por la escalera de sol.

Manu.

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