Wednesday, January 20, 2010

Reminiscencia




En el jardín de los iris de tus ojos,
crece la foresta de tu ser.
Cuando el telón de tus cabellos se desplaza,
toda esa amplitud pintada en tu rostro reluce.
Entonces viajo, y me entrego
hacia un destino aleatorio e inconmesurable...

Y con tanto abandono me pierdo,
que olvido toda razón y compostura.

Entonces desde arriba como un sol brillante,
se abre tu sonrisa,
y dos manos invisibles me toman,
y me ayudan a encontrar la vía de regreso.

Tú me miras sorprendida
como recogiendo algo que ha caido del cielo,
y yo me estrecho a las curvedades de tu cuerpo
aferrandome a un tiempo primigenio,
donde el hombre a pies desclazos,
fue inocente y feliz.

Manuel

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